Abril Celina escribe La seducción del caracol con una frescura literaria que sorprende y agrada, con solvencia imaginativa, con audacia. Desde un ritmo meditado y puntual, peripecia tras peripecia nos va mostrando un mundo extraño, peculiar, con tesituras oníricas a ratos o matices bufos en otros momentos. Echando mando de algunos de los personajes de la “Comedia del arte” en un entrecruzamiento gozoso con el circo, la autora va extendiendo displicente una narración que juega y se acerca a los protagonistas, que nos hace sentir la melancolía de la lluvia y nos introduce en el laberinto pétreo y eterno de un caracol. Prosa seductora la de Abril Celina, ésta abre un mundo de tonos grises, oscuros y rojos, que nos estrecha la mano y nos jala a un mundo de portentos. La seducción del caracol, página tras página, encanta y fascina.